Callejeando por Marruecos

¿Qué es lo que más te ha gustado de Marruecos? Esta es una de las preguntas que más solemos hacer a los turistas que visitan este país, la verdad es, que la respuesta no es del todo sencilla. Hay tantas cosas hermosas que resulta complicado decidirlo. Pero en realidad, casi todos coinciden: callejear.

Callejear por las calles estrechas de las medinas, perderse entre artesanía a pie de calle, entre aromas mezclados entre flores, comida y brisa marina. El acabar con los pies cansados tras una larga caminata recorriendo las callejuelas repletas de bazares, de té de menta, aceite de argán y ropa de mil colores.

Marruecos tiene muchísimos rincones por conocer, cada uno de ellos único y diferente del resto, no obstante, podemos asegurar que todos ellos comparten algo en común, una esencia que lo distingue del resto de países, una combinación de sensaciones que te hacen saber que estas en Marruecos, un ambiente único caracterizado por la hospitalidad de sus gentes, por la belleza de su entorno, por la historia que parece desprender cada calle, por la libertad que sientes cuando pisas sus playas vírgenes, por el espectáculo que tus ojos contemplan mientras respiras un aire que entrecruza el desierto, África, Europa y el mundo árabe.

Marruecos es una puerta secreta, un paraíso de cultura, de naturaleza y arte

Un lugar que no deja de sorprender, en el que degustar deliciosos dulces, saborear sanos tés, conversar con interesantes personas, adquirir objetos de artesanía únicos, pero sobre todo, para vivir y sentir cada paso que das.

Marruecos es único, tiene carácter propio que incluso queda plasmado en cada fotografía realizada.

Su extenso desierto, sus tranquilas playas, sus altos valles, sus hammams, sus tiendecitas, sus obras arquitectónicas, sus parques y jardines y sus eternos “sus” revelan la gran cantidad de experiencias que ofrece este país.

Cuantos de nosotros hemos dicho alguna vez “me gusta perderme por las callejuelas de los lugares”, Marruecos invita a hacer esto, a callejear y descubrir verdaderas joyas, a disfrutar de cada pasito recorrido por el camino, a mirar atrás con orgullo y adelante con optimismo, a sentir, a saborear y a descubrir.

Siempre he dicho que Marruecos es un país que activa los cinco sentidos, el gusto por sus comidas, la vista por sus hermosos paisajes naturales, el tacto por sus diferentes texturas de mar, ciudad y montaña, el oído por el canto de sus aves y por las notas musicales y el olfato por los aromas de sus especias, de sus tés y de sus perfumes.

Un auténtico viaje sensorial, un trayecto de conocimiento, de cultura y de vivencia personal.

¿Te atreves a descubrir y a sentir Marruecos?

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