Conciencia ambiental en Marrakech

Hace pocos días le preguntaba a mi madre, que ha ido recientemente a Marruecos, sobre sus impresiones, sobre lo que más le había llamado la atención de su viaje a Marruecos. Ella, concretamente, en esta ocasión viajó a Marrakech y su respuesta a mi pregunta fue “su olor a limpio”, Marrakech huele a limpio, no hay basura por el suelo ni malos olores, da gusto, afirmaba mi madre.

Y es que Marrakech es una ciudad comprometida con el medioambiente y con el turista, sus calles son el reflejo de una sociedad que coopera por tener un entorno bonito y limpio.

El excelente trabajo de mantenimiento de la ciudad

Los trabajadores que se encargan de la limpieza de las calles son profesionales excelentes implicados a nivel interno con su labor. Se pueden encontrar numerosos empleados dedicados a este sector, en el que con gran frecuencia vemos a las mujeres como encargadas de mantener esa pulcritud de la ciudad.

Sin lugar a dudas el turista que pise las calles de Marrakech quedará sorprendido por el cuidado de las mismas cosa que le hará adoptar la misma actitud de respeto para con los ciudadanos de esta maravillosa sociedad.

¿Vaya tontería verdad? Puedes pensar que el hecho de que una ciudad huela bien, no es tan importante pero en realidad sí que lo es ya que, denota un gran nivel cultural de los que en ella viven.

Conciencia ambiental de los ciudadanos marroquíes

No es de extrañar que Marrakech sea considerada como una ciudad de gran importancia en términos de biodiversidad.

Una ciudad limpia es una ciudad segura para todos los seres de cualquier especie.

Como educadora ambiental he de reconocer que Marruecos es de los países que más avances está realizando en cuanto al proceso de enseñanza-aprendizaje de la educación ambiental. Hace años se hablaba de ciudades como Marrakech caracterizándolas por una notable falta de higiene, y el hecho de que turistas que visitan dicha ciudad queden prendados por su limpieza significa que lo están haciendo bien, que la conciencia ambiental está arraigando en la población marroquí de un mondo intrínseco y que está consiguiendo que se modifiquen paulatinamente las costumbres de sus ciudadanos.

Las zonas verdes afloran en esta ciudad, los pájaros cantan con una bonita intensidad, las calles están libres de desperdicios para que podamos pasear por ellas disfrutando de un entorno hermoso y delicado.

Es un valor hermoso el que se le otorga a esta ciudad, el valor del cuidado, tan relacionado con la naturaleza humana en esencia, esa característica que nos permite proteger aquello que es valioso, aquello que queremos por sí mismo, porque el entorno no es valioso simplemente por su valor económico sino por su fin propio, por su carácter global.

Un justificado aumento de turistas

Cuán orgullosos pueden estar los ciudadanos marroquíes ante la visión de sus turistas en los últimos años.

No debe causarnos sorpresa el hecho tan conocido del inmenso aumento de visitantes a ciudades marroquíes en los últimos años. Un país que no deja de sorprendernos cada día, con cada palabra que escuchamos sobre él, y que no hace más que levantar nuestro apetito viajero, nuestro espíritu aventurero y nuestras ganas de adentrarnos en sus valiosas tierras para experimentar sensaciones insospechadas.

 

Fuentes y enlaces de interés:

– Sin parar de viajar “Sensaciones en Marrakech” (Silvia Blanco).

Link: http://sinparardeviajar.com/sensaciones-en-marruecos/

– La nomadista “Marrakech o cómo perderse entre olores y silencio” (Laura Ramos).

Link: http://lanomadista.es/marrakech-o-como-perderse-entre-olores-y-silencio/

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