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Dormir en el desierto en una jaima, tienda bereber o bivouac

paseo en camello

Si estas por viajar a Marruecos, hay algo que no puedes dejar de hacer: dormir en una jaima en medio del desierto. Te aseguro que la experiencia es algo que quedará presente como una de tus mejores vivencias ya que estar bajo de ese cielo con millones de estrellas resulta de película. Y es casi increíble que en plena noche, podamos ver el contorno de las dunas rodeando el campamento de jaimas. Es como que si nuestra vista cobrara una vida diferente. Nos volvemos casi gatos, o como creo yo que deben ver los gatos por las noches.

Cuando empieza a estar más débil el sol, los bereberes del desierto, también conocidos como Amazigh u “hombres libres” , nos enseñan a poner los turbantes al estilo Tuareg y nos preparamos para subir a los dromedarios que nos internarán en el desierto. Y luego de casi una hora en el dromedario, descendemos del animal para trepar a la duna más alta y poder ver el atardecer. Y el sol desaparece de forma diferente.

Ahora bien, que tienes que llevar para pasar la noche en las tiendas, campamentos bereberes o bivoucs?

Recuerda que todo va contigo en el dromedario entonces te recomiendo que lleves un bolso pequeño con cepillo de diente, toalla pequeña, una mude de ropa si quieres y por supuesto: agua. Siempre lleva una botella porque en medio del desierto no hay agua.

campamento

Una vez en el campamento, las jaimas o bivoucs, están dispuestas en cuadrantes. La más grande es el comedor que se usa en el invierno y días donde el clima no acompaña. Las tiendas bereberes más pequeñas, son las habitaciones. Y en las jaimas standar el baño es compartido.

Si quieres tu propio baño con ducha, lo puedes tener. Porque en Marruecos todo es posible. Si quieres vivir tu noche en el desierto con el confort de un hotel 5 estrellas, puedes ir a los bivoucs de lujo donde tendrás una habitación con piso de alfombras brillantes, paredes de lona multicolor y un sommier con mesa de luz, un juego de sofá, como si estuvieras en una suite, y repito: tu propio baño con ducha.

campamento de tiendas

Ahora bien. Llega el momento de la cena que es preparada allí en el campamento. Un sabroso tajine de pollo y verduras con comino, jengibre, y otras especies.

Cuando termina la cena, los que fueron camareros, cocineros y camelleros, ahora son los músicos que despliegan todo su arte delante de la encendida fogata. Acomodan sus turbantes y chilabas y alguno empieza a danzar al son de los tambores haciendo el “Baile del Dromedario”.

erg chebbi

Amanecer y atardecer en el desierto

En el desierto hay amanecer y atardecer diferentes. Que deben ser como lo son de diferentes el amanecer y atardecer en el mar.

En medio de un sueño profundo escuchamos que alguien golpea nuestra tienda. Es quien nos avisa de que hay que despertar para ir a subir la duna y ver el amanecer. Con la cara sin lavar, el cabello revuelto y perezosa, subo la duna con el montón y espero la salida del sol hasta que el brillo del Señor Sol es tan fuerte que me obliga a virar la vista.

El aire que se respira tiene la pureza de la inmensidad del desierto.

Subimos nuevamente a los dromedarios para regresar al hotel disfrutando a cada paso como las dunas cambian de color con el juego de luces que hace el sol al reflejar en el gran manto de arena.

Y luego de una ducha caliente y reparadora, seguro repasaremos durante el desayuno, cada cuadro, cada imagen, de lo que hemos vivido intensamente en las últimas horas porque como dije al principio de este artículo, de seguro que vivir una noche en el desierto quedará en el ranking de sus recuerdos.